Llegué a vivir a uno de los barrios pijos de Santiago, La Comuna Providencia. Y estoy encantado, jeje. Mi cuarto es tan grande que puedo entrar en el armario de pie.
Comparto el piso con estudiantes de diversos lugares del planeta (Suecia, Colombia, China,...). Gracias a la nave voladora supersónica que tiene cada uno instalado en su "pieza", eso que nos da por llamar internet, prácticamente ninguno se relaciona con el que habita a dos metros de su puerta. Aunque se va superando.