sábado, 29 de diciembre de 2007

Puro exhibicionismo


Los animales de la Patagonia padecen de un curioso síndrome dentro del reino animal: el exhibicionismo (dícese del deseo persistente y excesivo de exhibirse). O al menos durante el tiempo que yo estuve allí. No puede explicarse de otra manera.


Los pingüinos de la Isla Magdalena podrían ocultarse en sus madrigueras bajo tierra o salir a pescar al Estrecho de Magallanes. Pero, prefirieron poner su mejor perfil ante la cámara. "Hazme otra, hazme otra". Y las parejas de ocas caiquén, tan fieles ellas, se afanaban en lucir su pose más romántica. "Yo me tumbo aquí, tu haz que pescas, ¿vale?, cariño".


¿Será que la vida animal es muy aburrida? Sino, como es que mamá guanaco e hijo guanaco (primos salvajes de los camellos) podrían gastar su tiempo caminando al paso, dos metros delante de mí, como si lo hubieran ensayado en casa para estas ocasiones. "Y... un, dos, un, dos..., mira que son tontos los turistas, hijo". O que los lobos marinos fueran capaces de abandonar su tarea más importante, no hacer nada, disfrutar en familia de la tórrida pachorra de alguna cala rocosa, para nadar como locos en competencia por un primer plano.


No es posible. Hay algo extraño en todo esto. Puede que haya corrido el rumor de que National Geographic paga bien a sus estrellas, o que haya una fiebre de aspirantes a famosos, no sé. Pero, lo de las pequeñas aves que salen del nido para la foto o las que se colocan en la ramita precisa para que salga la montaña de fondo... es ya demasiado.



Y todo esto, aún podría explicarse, no sé, de alguna manera u otra. Pero... ¿el PUMA? ¿ver un PUMA? ¿Hacer una foto a un PUMA? Eso si que no. Cierto que desprende un olor muy fuerte, que puede ayudarte a seguirlo. Acepto que puede hacerse confiado sino se le molesta. Incluso que, como hay pumas desde Alaska a Patagonia, alguno habrá medio lelo... Pero, a pleno día, durante más de media hora, con su familia paseando entre nosotros, e incluso, maullando. No. Esto ya no lo acepto. Aquí no hay caso. Se trata de puro exhibicionismo. ¡Y ya está bien, eh! ¡Descarados! (jeje).



Del extraño caso de los perros chilenos hablaremos el próximo día. Hasta pronto, amigos (jeje).
PD: Os recuerdo que si pincháis sobre las fotos, se ven mucho mejor. Chiao

domingo, 23 de diciembre de 2007

Así es el fin del Mundo



Donde se acaba la tierra está la ciudad de Punta Arenas, observando el encuentro entre los océanos Pacífico y Atlántico en el Estrecho de Magallanes.


Y en los muros de Puerto Natales quedan algunas expresiones de lo que fue este lugar cuando eran otros los que lo habitaban, antes de que se les condenara al olvido.

Un viaje elemental. EL VIENTO


La Patagonia es la tierra emergida más al sur del Planeta, después de la Antártida. En este lugar tan remoto y vasto los elementos parecen mostrarse en su expresión más exagerada. Es una convención de campeones del mundo natural. El VIENTO en la estepa tiene mucha prisa y quiere llevarte con él. Por eso, nadie se atreve a estar a más de un metro del suelo, ni las piedras. Sólo el ñandú (el avestruz sudamericano) ha hecho un pacto con el viento para quedarse en la inmensa estepa.

EL AGUA



EL AGUA adquiere una de sus formas más espectaculares en los extensos glaciares de la Patagonia (la tercera masa de hielo más grande de la Tierra, tras el Polo sur y Groenlandia).



Gigantes de hielo en formación militar, golpeando las montañas, avanzando lentamente hacia los lagos... y en primera fila, uno tras otro, cayendo abatidos por el sol y la lluvia. Su gemido de muerte nos deja mudos. Pero, arriba, no cesan de reclutar nuevos soldados para este bello e "inútil" suicidio.

LA ROCA



LA ROCA en Chile está casi siempre presente. Es el marco de los paisajes. Con razón Pablo Neruda les dedica un libro de poemas ("Las piedras de Chile"). Pero, en Las Torres del Paine ya no quedan palabras para ensalzarlas. Solo a veces se dejan encerrar por un instante en el encuadre de una cámara y uno puede tratar de imaginar su belleza. Si tienes la suerte de estar allí para verlas, te quedará simplemente respirar hondo.

EL FUEGO

Y solo faltaría uno, el último de los cuatro elementos, EL FUEGO. No voy a decir cuál es, creo que queda claro, no?



Estas tierras han albergado cientos de relatos épicos sobre exploradores, expediciones científicas y aventureros en busca de fortuna. Y aunque el espíritu de aquello hoy perdura, los que ahora llegamos hasta aquí nada tenemos que ver con nuestros antecesores.



No sé si la pasión con la que uno contempla estos lugares será parecida a la de aquellos, pero desde luego no las condiciones del viaje. Por eso, quizás, somos cientos de miles los turistas anuales en Patagonia. Que nadie se lleve a engaño.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Estoy en la Patagonia


Chincha!! jeje

Para los fans


Conciertazo de Soda Stereo. Bueenísimo!! Tres horas, un lugar mágico, los músicos y el público entregados, lleno de nostálgicos..., que lástima que no me guste este grupo.

Dedicado, un vídeo del momento.

martes, 30 de octubre de 2007

Acontecimientos importantes


Nunca es tarde para algunas cosas. Hace 30 años Villa Grimaldi era una prisión del régimen militar de Pinochet, donde chilenos de todo el país fueron torturados y asesinados. Hoy, convertido en el Parque por la Paz, ha acogido a los familiares de 42 víctimas de la dictadura en un emotivo homenaje, que quizás ayude a reparar su dolor (y la memoria de algunos). Del proceso judicial nada se sabe.

Desde el patio de Villa Grimaldi, los familiares dejaron volar 42 globos sobre el cielo de Santiago. Y ese fue el final.


Conviene no perder las buenas costumbres


Hacer ciencia en Chile resulta complicado. Especialmente si, lejos de crecer, el presupuesto se reduce a la mitad. En todo el país solo 300 alumnos pueden, como yo, iniciar una carrera científica. Fue muy emocionante juntarse con ellos y sus profesores para reclamar lo que corresponde. Y al final, como eternos universitarios, siempre recurrimos al césped.




Otra costumbre que sienta muy bien mantener (incluso a 10.000 km de mi vida "normal") es el teatro. Y para ello Chile es un lugar excepcional. Aquí, la interpretación y la dramaturgia tienen categoría de carrera universitaria y eso se nota. Así que cogiendo ideas... ya veréis, jeje.