LA ROCA en Chile está casi siempre presente. Es el marco de los paisajes. Con razón Pablo Neruda les dedica un libro de poemas ("Las piedras de Chile"). Pero, en Las Torres del Paine ya no quedan palabras para ensalzarlas. Solo a veces se dejan encerrar por un instante en el encuadre de una cámara y uno puede tratar de imaginar su belleza. Si tienes la suerte de estar allí para verlas, te quedará simplemente respirar hondo.